Los niños de la sociedad actual están claramente sobrealimentados, sólo hay que observar la forma que han adquirido la mayor parte de los cuerpos infantiles, sus barriguitas muestran una capa de grasa, tanto en niñas como en niños, a pesar de su corta edad; en la mayoría de los casos, esta grasa, persiste hasta la edad adulta.

Hoy en día nuestros hijos, teóricamente están mejor alimentados que nunca, pero curiosamente, parecen estar carentes de energía, siempre están cansados, pero a la vez sobrexcitados, duermen poco y mal y algunos tienen desordenes del aparato digestivo, intolerancias alimentarias, alergias y estrés, entre otros.

La solución no está en poner a dieta a estos niños, la solución esta en hacer una serie de cambios paulatinos, pero permanentes; debemos ofrecerles una alimentación mas sencilla, con un aporte de hidratos de carbono adecuado a su actividad diaria, huir de productos envasados (que son tan cómodos para las madres que trabajamos), bollería, postres lácteos bebibles, comidas precocinadas, etc., ofrecerles más alimentos frescos, frutas en desayuno y merienda (ojo con los cereales y las galletas, suelen llevar una proporción de azúcar muy alta).

Los niños deben tomar un tentempié entre las comidas principales, insistiendo que debe ser algo no muy calórico, para que no lleguen a las comidas principales muertos de hambre y se den atracones.

Las comidas han de ser lo mas sencillas posibles, es decir, no mezclar muchos alimentos, sobre todo de tipo hidrato de carbono, si están habituados a dos platos que el primero sea ensalada o verdura y el segundo pasta, pescado, carne, legumbre, patatas, etc., según el día. El pan controlado, comerse media barra supondría tener que andar 9 km para quemarlo, algo impensable en los niños de nuestra sociedad. La bollería, los dulces, chocolates y postres lácteos azucarados se dejarán para un día especial, no más de un día a la semana, lo mismo para las bebidas que no sean agua.

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